Porqué siento tanta íra?
Sentir ira y frustración es una experiencia humana común, incluso para aquellos que están sirviendo a Cristo.
- La Biblia ofrece orientación sobre cómo manejar estas emociones.
Aquí hay algunos versículos que pueden ayudarte a reflexionar sobre tu situación:
1. Efesios 4:26-27: "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo." Este versículo nos recuerda que sentir ira no es en sí mismo un pecado, pero debemos manejarla de manera que no nos lleve a pecar.
2. Santiago 1:19-20: "Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios." Aquí se nos aconseja ser lentos para enojarnos y rápidos para escuchar, ya que la ira humana no produce la justicia que Dios desea.
3. Proverbios 15:1: "La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor." - Este versículo sugiere que una respuesta suave puede calmar la ira, mientras que una respuesta dura puede aumentarla.
4. Gálatas 5:22-23: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley." Al permitir que el Espíritu Santo trabaje en nosotros, podemos desarrollar cualidades como la paciencia y la mansedumbre, que nos ayudan a manejar mejor nuestras emociones.
5. Filipenses 4:6-7: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." Este pasaje nos anima a llevar nuestras preocupaciones y emociones a Dios en oración, confiando en que Él nos dará paz.
Es sumamente importante recordar que todos estamos en un proceso de crecimiento espiritual.
Si sientes que la ira está afectando tu vida, puede ser útil buscar consejo y apoyo de líderes espirituales o consejeros cristianos. Sobretodo acércate más a Dios con un corazón sincero y pre-dispuesto, permitiendo que el Espíritu Santo trabaje en ti, te sane esas áreas donde tú solo no puedes lograrlo, lánzate con confianza en los brazos de tu creador permitiendo que él te transforme en aquello para lo cual fuiste llamado.