El peso del pecado



Al principio los hombres tienen ideas muy bajas del pecado

Es algo insignificante, un simple error, un fallo al juzgar, un pequeño extravío, pero cuando el Espíritu Santo empieza a tratar con ellos, el pecado llega a ser una carga intolerable, algo aterrador, lleno de horror y consternación. Mientras más los hombres conocen del mal del pecado, más atónitos se quedan al pensar que alguna vez hayan encontrado algún placer en este o que puedan haberlo justificado de alguna manera. 

Ahora bien, es bueno que los hombres comiencen a ver la verdad acerca de sí mismos, porque incluso si esa verdad los hace pedazos, es bueno que se liberen del domino de la falsedad.  

El pecado es grande, y por esa razón el pecador piensa que no puede ser perdonado, como si midiera al Señor por su pecado e imaginara que su pecado es mayor que la misericordia de Dios. 

De ahí que nuestra dificultad con los hombres que están realmente despiertos sea elevar sus pensamientos acerca de la misericordia de Dios en proporción con la idea elevada que tienen de la grandeza del pecado. 

Mientras no sienten su pecado, dicen que Dios es misericordioso y hablan con mucha ligereza de este, como si el perdón fuera algo trivial. Pero cuando sienten el peso del pecado, entonces creen que es imposible que este se pueda perdonar. 

En nuestro texto Dios muestra condescendencia para ayudar al pecador a creer en el perdón llevándole su idea acerca de Dios. Debido a que Dios es infinitamente superior al hombre, él puede perdonar abundantemente. (D.A)


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Todos son Bienvenidos!

Son libres.

La Gloria a Dios