Las Iglesias 1/2

Iglesia de Gracia vs Iglesia de Obras  1/2  (Leer 2da Parte)
 
Pastor y maestro Reynaldo Estrada
 
Pablo en Romanos 11:5-6 nos indica dos clases de Iglesias: El remanente de gracia que actúa en gracia y no por obras, la otra es aquella que ciertamente cree en Cristo, pero mezcla la obra con la gracia. "Y si por gracia, ya no es por obras".
 
¿Qué es lo que vemos hoy en día?      Vemos a una Iglesia que enfatiza la obediencia del hombre como causa de bendición y la otra (remanente) la obediencia como las Iglesias agradecimiento al Hijo de Dios.

 La tradicional alaba las obras de aquellos que han sido aceptados por Dios por medio de su hacer, el remanente señala a los que han sido aceptados por la Obediencia de Jesucristo. 

 La tradicionalista enfatiza el desarrollo del carácter o "la perfección" por medio del ayuno, las vigilias y las obras, es decir, vivir la "impecabilidad" y el remanente enfatiza la gloria en Cristo. 

La tradicionalista está bajo maldición (no condenación) (entiéndase por "maldición" el gozo de no disfrutar las bendiciones de Dios) y el remanente está bajo bendición porque tiene en su corazón a Cristo sin mezcla Gálatas 3:10
 
En la Iglesia tradicionalista, la justificación o "la muerte de Cristo" es perfecta, pero no es interna (es decir, que Dios declara justo al pecador), en la Iglesia del remanente, la justificación de Cristo es perfecta (es decir, Dios hace justo al pecador en una forma instantánea por un acto de fe). La diferencia está entre "declara" justo y "hace" justo. 

En la Iglesia de gracia, la santificación de Cristo es perfecta e imputada al pecador (Hebreos 10:14). En la Iglesia tradicional, la santificación está determinada por mi propio crecimiento espiritual, por mi conducta, y mi hacer para Dios; porque esto confirma mi salvación. En la Iglesia de gracia, mi conducta, no determina mi salvación pero es fruto de mi salvación (Romanos 6:22). Pablo dijo en (Gálatas 5:6) que "la Fe obra por el amor".
 
En Gracia: la Obediencia a Cristo y a su palabra es motivada y guiada por el Espíritu Santo. En Gracia, Dios es el que produce el querer como el hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13). En las Iglesias de Gracia creemos que después de la salvación que es dada por fe (no por obras de Obediencia) Dios mismo por el Espíritu capacita al cristiano para que ande en su obra preparada de antemano (Efesios 2:10) y persevere en sus caminos, siendo sellado por el Espíritu Santo hasta la adquisición de la posesión adquirida en Cristo Jesús (Efesios 1:13-14).
 
En Gracia, una vez que se recibe al Espíritu Santo, se es una nueva criatura y el cristiano comienza a dar frutos que han sido puestos en su corazón, para alabanza de Dios. Aquí las "buenas obras" son preparadas por el mismo Dios y son el fruto de nuestra salvación (Efesios 2:9) "no por obras para que nadie se gloríe". Aún mi Obediencia es por Gracia, lo es también mi fe, y mi arrepentimiento. !Todo esto procede de la multiforme sabiduría de la Gracia de Dios! ¡Toda la obra de salvación, santificación y aún la perseverancia, es totalmente una obra de Dios en Cristo!. El hombre es un miserable que no merece nada, todo lo que tiene lo ha recibido por gracia común (aspectos naturales o físicos), y por la Gracia efectiva en Cristo (aspectos netamente espirituales).

En Cristo vivimos, nos movemos y somos solamente por la Gracia de Dios (Hechos 17:28). Cuando un cristiano o pastor comprende ésto, entonces se desatan las "terribles ligaduras del legalismo". En Gracia se obedece no "para" ser sino "por" que se es. Aquí la obediencia se hace con alegría, se sirve sin manipulación. En Gracia los mandamientos no son cargas ni son gravosos. La vida y el evangelio tienen un nuevo sentido. Las normas y los deberes son un honor de privilegio y se goza uno en obedecer al Dios de la Gracia.
 
En Gracia la salvación es instantánea. Aquí Dios me justifica, me santifica, me glorifica (1 Corintios 1:30). Cuando uno lee bien las Escrituras, comprende los "tiempos pretéritos de Dios" es decir, que la salvación esta en el pasado he indica una acción completa, y no hay necesidad de repetirse. Lea (Romanos 8:29-30) y si usted se fijara que todo lo que allí se habla es una acción ya completada y es recibida cuando uno solamente cree (Juan 5:24).
 
Nosotros ya fuimos juzgados en la cruz y escondidos en Cristo, es por eso, que podemos decir:
Cristo es mi justificación: porque en la cruz imputó su muerte a mi crédito. Juntamente con él también morí (2 Corintios 5:14).
Cristo es mi santificación: porque por mis esfuerzos nada en mi puede ser santo. Él es quien me santifica, me regala esa vida inmaculada. Una vez santificado, mi crecimiento diario es progresivo como un resultado de la salvación en Cristo (Romanos 5:10).  
 
LAS LIMITACIONES DE LA LEY
 
1- No podía justificar a ningún pecador. (Gálatas 2:16)
2- No imparte Gracia. (Gálatas 2:21)
3- No daba el Espíritu a nadie. (Gálatas 3:2)
4- No daba libertad a nadie. (Gálatas 4:9)
5- No daba vida ni gozo. (Gálatas 3:21)
 
La Ley era simplemente un diagnóstico del pecado. (Romanos 3:20) "Por medio de la ley es el conocimiento del pecado". La infracción de la ley es el pecado (1 Juan 3:4). ¿Para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones (Gálatas 3:19).
 
La ley era inexorable, exigía la máxima obediencia del individuo, demandaba una vida impecable y perfecta "en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas" (Gálatas 3:10). La expresión "el libro de la ley" no se refiere solamente a los diez mandamientos de la ley, sino a todo el Pentateuco de Moisés (penta=cinco libros). Ley=nomos).

- Toda la completa ley la encontramos en el Pentateuco de la Biblia- una ley de 613 ordenanzas. 

La ley estaba hecha para condenar, en (Deuteronomio 27:15-26) encontramos doce maldiciones específicas sobre aquellos que no obedecen cabalmente las órdenes de la ley.
 
Es imposible que un individuo por mucha moral que tenga, pudiera cumplir con todas las exigencias de la ley, porque por naturaleza el hombre es un pecador y el pecado no es un acto sino una condición latente. David lo dijo: "en pecado me concibió mi madre" (Salmo 55:5). Es un imposible vivir una vida santa y tratar de vivir en paz con Dios por medio de la ley, por el incumplimiento de un solo punto de la ley, traía como consecuencia la maldición, la condenación y la ira de Dios (Romanos 1:18). En el Nuevo Testamento se usa la palabra nomos o ley 194 veces
Cualquiera, pues, que pretenda salvar su vida por medio de la ley, se fatiga como Adán y Eva que trataron de cubrir su desnudes con hojas de higuera, las que Dios rechazó en el Edén y que al ver al hombre fatigado, se las cambio por la piel del Cordero (Génesis 3:21). 
 
Continúa parte 2
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Enviado por: Oscar Tenes <oscartenes@>

Comentarios

  1. ¡Buen día Sol! Muy bien explicado este tema que compartiste hoy. Es cierto, muchos mezclan todo lo del antiguo testamento con lo del nuevo. Vivir en la ley es fatigoso y no da paz. Imagínate, con la ley nada podían hacer, pensar o decir. Dios actuaba inmediatamente por el mismo hecho de que rompían la el pacto ahí establecido. Cristo vino y rompió ese yugo tan pesado que era la ley. Hoy vivimos en su gracia, amor y misericordia constantemente. Gracias por compartir. 🙏🏽

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