Fe en Dios - 1

Tener FE en Dios 1/3 

“Respondiendo Jesús, les dijo: "Tened fe en Dios.” (Marcos. 11:22)

Pensamos que la fe en Dios, consiste en solo creer en sus promesas y es por eso que cuando hablamos de fe, pensamos inmediatamente en sus promesas y hablamos de ellas, contamos las ponemos en cuadros, las publicamos etc. Pero tener fe en Dios, no es solo creer en su promesas, sino también en sus mandamientos, exhortaciones y advertencias, porque, tanto sus promesas, como sus mandamientos, son su PALABRA, y su Palabra, es para ser creída y OBEDECIDA como está escrito: “Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas. 6:46).

Pero por el orgullo y dureza de nuestro corazón, nos gustan más sus promesas y no sus mandamientos y reprensiones. Es por eso, que en estos últimos tiempos, se ha popularizado la predicación que solo habla de bendición, porque los “cristianos” ya no soportamos la palabra de reprensión, que nos llama a la humillación, conversión y obediencia a sus mandamientos, como está escrito: “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo. 4:1-4).

Por lo tanto, debemos entender, que la fe verdadera en Dios, no solo cree en las promesas, sino también en sus mandamientos, para ponerlos por obra, porque el cumplimiento de las promesas de bendición y vida eterna, están en función de la obediencia a sus mandamientos. Como está escrito: “Si me amáis, obedeced mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre" (Juan 14:15-16) y también dice: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Mateo. 7:21

Somos salvos de la condenación eterna, por medio de LA FE en Jesucristo, esto es claro en la Palabra de Dios. Pero, oscureció por las “herejías destructoras”, y que también es claro por las palabras de nuestro Señor Jesucristo, es que, esa fe, nos debe llevar a OBEDECER Y HACER LA VOLUNTAD de Dios, para poder entrar al reino de los cielos. Así está Escrito: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino EL QUE HACE LA VOLUNTAD de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:21-23

Los milagros no dan fe, estos son resultado de la fe. Lo que da fe verdadera, es solo y únicamente la PALABRA DE DIOS, así está escrito: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Romanos 10:17 Es por eso que el Apóstol Pablo dice: “Que prediques LA PALABRA; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redargüye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas." 2 Timoteo 4:2-5

• Que increíble! Hoy estamos viviendo éste tiempo de que la sana doctrina ya no está más prácticamente. Vemos a esos "grandes" maestros enseñando según a ellos les parece, y el pueblo escuchando lo que desean escuchar. El predicador de hoy quiere quedar "bien con Dios" y con el diablo. En una palabra, apañan el pecado dándoles una palmadita en la espalda y quedando bien con la congregación que está sumida en su propio vómito.