La Gracia de Dios me basta

¿La gracia de Dios me es suficiente en mi vida?

¿Realmente es así; Con la gracia de Dios es suficiente en nuestra vida? ¡Obvio que si! ¿Sabes porqué? Por qué es a través de ella que recibimos el perdón de nuestros pecados y la salvación eterna. 

Veamos que dice la Biblia con respecto a éste tema que hoy decidimos reflexionar. 

La Biblia nos enseña que todos hemos pecado y estamos separados de Dios, pero Gracias a su GRACIA, podemos ser reconciliados con Él. En Efesios 2:8-9 dice: "Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte".

La gracia de Dios es un regalo inmerecido que nos ofrece la oportunidad de tener una relación personal con JESÚS. No importa cuán grandes sean tus pecados o errores, la gracia de Dios es suficiente para perdonarte y darte una nueva vida en Cristo. En 2 Corintios 12:9, el apóstol Pablo dice: "Y me ha dicho: «Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo".

La gracia de Dios también nos capacita para vivir una vida transformada y obediente a su voluntad. En Tito 2:11-12 dice: "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente". 

¡Si! La gracia de Dios es suficiente en tu vida, así como en la mia. Por que nos ofrece perdón, salvación y la capacidad de vivir una vida transformada. En definitiva, es un regalo que no merecemos, pero que Dios se le antoja ofrece por amor a su único hijo y por esa gran capacidad de misericordia que solamente ÉL tiene para con nosotros, nos da a TODOS ésta Salvación llena de amor.

 No te olvides que esa salvación viene a través de su amado hijo Jesucristo, sin el derramamiento de sangre en esa cruz con gran sacrificio y un dolor inquebrantable fue azotado, crucificado, muerto y resucitado tan solo para darnos una salvación plena, llena de perdón y amor inmenso e infinito. 

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