Cuando levanto mis manos

Oh Señor Jesús, tu conoces mis luchas y pruebas, sabes completamente todo lo que pienso. Te entregué en tus manos todo mis ser por completo y a mí familia entera, para que los guardes, protejas  guíes y cuides cada paso que dan. Señor, tu sabes a lo que me refiero. Conoces todo sobre mí y que no soy mezquina, puedes disponer de cada uno como te plazca, así como Abraham no te mezquino aquel día a su hijo, a su único hijo, tampoco lo hago yo, sabes, entiendes y comprendes los más íntimos de mis pensamientos y corazón, sabes que soy sincera y siempre dispuesta para ti. Confío en tus promesas,  tengo fe en tus palabras por qué se que tú eres fiel y que tus promesas jamás caen en el olvido. Levanto mis manos para adorarte más que nunca aún que tenga mil problemas y preocupaciones, aunque el enemigo quiera quitarme tu paz, aunque parezca imposible, se que ahí tu estás glorificando, se que tú estás trabajando y puliendo, ahí donde más duele ahí es donde tu tocas para limpiar, pulir y hacerlo brillar mí buen Dios. Se que las tribulaciones que paso no son en vano, nada es en vano para ti  tu eres un Dios sabio y siempre sabes darnos las cargas que podemos soportar. Por eso te digo, Gracias por inclinar tus oídos a mí humilde oración y escucharla, aunque muchas veces piense que estoy sola y que mis oraciones no son escuchados cuando se bien que de pronto puedo ver el sol brillar y las nubes disiparse.   Tus promesas son aquellas en la que confío y me vuelves a repetir "Todo lo puedes soportar por qué soy yo 
quien te fortalezco" gracias Señor  
por sostenerme En el camino. 
Amén, Amén y Amén! Filipenses 4:13



 
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